Laura Fernández Palomo
Gaza, 26 nov (EFE).- Con 30 años, el palestino Nayef Al Adsi es la primera vez que va al cine en Gaza, un enclave donde no hay más posibilidad de ver séptimo arte que el que lleva el Festival de la Alfombra Roja, que inauguró hoy su cuarta edición bajo el lema “Basta”.
“Basta de división palestina, basta de bloqueo israelí, de hacer sufrir a los menores, del castigo a toda una generación”, explicó sobre el motivo del reivindicativo eslogan Mohamed Masara, encargado de presentar el acto inaugural del Festival de Cine de Derechos Humanos la Alfombra Roja.
La sala del teatro de la Media Luna Roja palestina (equivalente a la Cruz Roja) en Gaza capital, convertida en cine de forma temporal, se llenó hoy con más de doscientas personas que tuvieron que sentarse en sillas supletorias colocadas en altos y escaleras.
Desde el estallido de la primera Intifada, a finales de los ochenta, cerraron sus más de diez salas que solo se abren de forma muy puntual, y la lucha interna entre seculares e islamistas hizo que la mayoría de estos espacios fueran nuevamente destruidos en 1996.
Para el cineasta palestino Mutaser al Saber, el problema no es tanto hacer películas en Gaza, “que son un reto pero se hacen”, sino poder proyectarlas en un lugar con más de dos millones de habitantes y ninguna sala de cine comercial.
“Nuestros amigos bromean sobre que nuestra película se va a proyectar en el Festival (Internacional) de Dubai (Emiratos Árabes Unidos), pero no hay manera de que se proyecte aquí y esto nos entristece. Soñamos con recuperar el cine de Gaza que teníamos”, dijo a Efe este cineasta rememorando el que veía su abuela.
Este miembro del comité de selección del festival reconoce que algunas de las más de doscientas películas que han recibido de todo el mundo no pasan la censura del Gobierno del movimiento islamista Hamás, que controla el enclave desde 2007.
Aún así, está convencido de que es la mejor manera no sólo de motivar a la población sino de “exportar otra imagen de Gaza”, así que con un grupo de compañeros, trabajadores del celuloide, consiguió que esta iniciativa que comenzó hace cuatro años, entrara en la red de cine de Derechos Humanos, con 42 festivales en todo el mundo.
El Festival se inauguró con una película de Yaser Murtaja, el periodista palestino que murió en abril por un disparo del Ejército israelí mientras cubría, identificado con un chaleco de prensa, las protestas de la Gran Marcha del Retorno en la frontera con Israel.
“Yaser lo grabó y produjo antes de morir y una productora local de Gaza nos lo facilitó para poder proyectarlo”, explica Al Saber que asegura que los criterios de selección han sido tres: profesional, artístico y relacionado con Derechos Humanos.
El programa del festival presenta quince películas, trece de ellas árabes, incluidas palestinas, y el resto europeas, y se proyectarán hasta el día 29 de noviembre en otros espacios de la franja como la Asociación Tagreed o la Universidad Al Aqsa.
El primerizo espectador Al Adsi afirmó que repetirá después de este estreno y declaró sentirse orgulloso de tener un festival así en el enclave al tiempo que también criticó la carencia de salas, “porque no es normal”.
Al Saber aludió también esta situación que no permite a la gente “disfrutar de cosas normales” e impide que se profesionalicen festivales como el de la Alfombra Roja, por lo que propuso “intentar algo más, establecer un cine en Gaza y reavivar la situación cultural”.
“Es una ventana para ver otras culturas, desarrollar la manera de pensar, ver cómo la gente vive en Francia o España, ver cómo disfrutan en sus vidas, pensar más en vida que en muerte”, sostuvo en declaraciones a Efe con el lema de este año: “basta ya de esta situación”. EFE